Desde la industria minera argentina entendemos que son fundamentales los avances que se logren en cuanto a las adhesiones de las provincias al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), dado que es una herramienta que ayudará a la concreción de importantes inversiones destinadas a desarrollar la producción minera argentina, con un gran efecto en la generación de empleo genuino, impulso a proveedores locales, sensible mejora de infraestructura, aporte de divisas y desarrollo de poblaciones que se encuentran expectantes y entusiastas con el avance de esta industria.
Este Régimen, destinado a inversiones en sectores clave para el crecimiento sostenido de la economía argentina, es fundamental para generar confianza de los inversores en el país. Es imprescindible para reforzar la competitividad frente a otros países que poseen recursos minerales similares y que han sabido desarrollar significativamente su minería a partir de contar con previsibilidad en materia cambiaria, seguridad jurídica, marco tributario competitivo y obras de infraestructura apropiadas.
Es necesario brindar algunos datos que son más que elocuentes para ilustrar de qué hablamos cuando decimos que la minería dinamiza las economías regionales: Los proyectos mineros toman para su construcción entre 3 y 5 años según su envergadura, y producen industrialmente durante no menos de 30. Un solo proyecto minero puede llegar a contratar durante su construcción aproximadamente 800 pymes, manteniendo durante su vida productiva y en forma permanente alrededor de 600. La gran mayoría de esas pymes son proveedores argentinos, cuya fuerza laboral es también argentina.
Las proyecciones de empleo hablan de entre 3.000 y 5.000 personas trabajando para cada uno de esos proyectos. Podemos comprender el impacto que esto tiene en las provincias donde se desarrolla la minería y el efecto positivo que se extiende a todo el territorio nacional.
En el contexto actual, el RIGI contribuye a generar las condiciones que favorezcan la puesta en marcha de los yacimientos de cobre, proyectos de gran magnitud que llevan años en carpeta y que serán transformacionales para la región. También los de litio, a fin de aprovechar la ventana de oportunidad que abre la electromovilidad. Resulta necesario, además, estimular la inversión en exploración para desarrollar nuevos proyectos de oro y plata y ampliar los existentes, que producen las principales exportaciones mineras del país, pero que se encuentran en declinación por la falta de incentivos para extender su vida útil.
Desde CAEM creemos que hay que aprovechar cada oportunidad posible para poner en valor los recursos minerales. Para que los más de 25.000 millones de dólares que tenemos en cartera de proyectos sean yacimientos en producción. Para triplicar las exportaciones actuales, alcanzando los 12.000 millones de dólares anuales y para duplicar los más de 100.000 empleos que actualmente generamos, llevando nuevas oportunidades a más argentinos.
Comisión Directiva CAEM