La Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) cerró el año con un encuentro con asociados, autoridades y entidades relacionadas al sector.
En este marco, el presidente de CAEM, Roberto Cacciola, consideró que 2024 fue un año de buenas noticias, pero que si no se maneja adecuadamente la ansiedad, esta puede jugar en contra. Destacó el trabajo federal y las gestiones efectuadas por CAEM en 2024.
Cacciola destacó la implementación del RIGI, que genera posibilidades para el desarrollo de proyectos que llevan décadas y que por distintos motivos, vinculados fundamentalmente con lo macroeconómico, no habían permitido el desarrollo de la minería en los niveles deseados.
“El RIGI vino porque era necesario darle al mundo un mensaje donde tres aspectos fundamentales debían ponerse arriba de la mesa, que tienen que ver con tener un país competitivo en materia tributaria, que quienes inviertan se sientan cómodos cuando tienen que pagar sus deudas, sus préstamos, sus intereses, el pago de dividendos y fundamentalmente por el historial que tenemos, la posibilidad de litigar en el exterior si seguimos incumpliendo. Esta herramienta tendrá un efecto fundamental hacia adelante, hacia lo que todavía no se ha desarrollado. Pero al mismo tiempo nos obliga a ser muy conscientes de cuáles son los desafíos que vamos a tener en el 2025 y en adelante”.
El presidente de CAEM también resaltó como hecho relevante que Mendoza haya tomando la determinación de sumarse a la industria minera. “Sus autoridades han hecho un trabajo impresionante. Hay muchas cosas que podemos aprender de la convicción, la decisión, la fortaleza para ir adelante en una situación adversa”, consideró.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que hay mucha ansiedad, mucha inquietud y si no lo manejamos adecuadamente puede jugarnos en contra a todos. Así que digo, es un año de buenas noticias. El litio avanza con las dificultades que todos conocemos porque ha habido una caída de precios muy brusca pero hoy empiezan a darse las condiciones para que esa tendencia se revierta y se consolide.
En cuanto a los desafíos 2025, “mencionaría, por un lado, la minería del oro y la plata y, por otro lado, la minería de los minerales industriales. En el primer caso, no hay interés generalizado para desarrollar nuevos proyectos. La única alternativa que tenemos es incentivar a los que están para que puedan calzar que en algún momento haya nuevos intereses. Y lo hablo en términos generales, porque hay una buena noticia de Gualcamayo y aparece Hualilán. Pero tenemos claro que esto no va a reemplazar lo que dentro de tres o cuatro años se va a acabar. Necesitamos es un régimen específico para la minería del oro y de la plata”.
“Y en cuanto a los minerales industriales, que han padecido una definición política en relación a la obra pública, tenemos dos caminos, o nos resignamos o buscamos las alternativas diferentes para que la obra privada la sustituya. Y creo que ahí también tenemos un camino importante para recorrer para que se apuren los procesos de licitaciones y que las obras empiecen a fluir como se necesitan para que de alguna manera los proyectos que vengan del cobre tengan la posibilidad de desarrollar conjuntamente la infraestructura necesaria para el desarrollo de este tan preciado mineral que va a cambiar la historia de la Argentina.
Todo tiene que estar de la mano con que los efectos positivos de la industria minera deben llegar a los argentinos en su conjunto”.