El presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Franco Mignacco disertó en una charla organizada por la Cámara de Proveedores y Empresarios Mineros chubutense (CAPEM), donde afirmó que el país “necesita incorporar a Chubut al mapa del desarrollo minero” por su enorme potencial en recursos naturales y la capacidad de generar fuentes de trabajo y de desarrollo. Además lo puso en el contexto del rol de la actividad en la disminución de la emisión de carbono, a partir de su aporte de minerales para la movilidad sustentable.
“La minería argentina es una industria que está en crecimiento. Pero representa solo el 0,6% del PBI de Argentina, muy bajo con respecto a Chile y Perú que rondan el 11 y el 12%. Tenemos un gran margen para crecer en el desarrollo de la actividad”, planteó.
“Argentina está entre los países con mayores reservas de oro, litio y plata, con un potencial enorme. Gracias a esto van a ingresar nuevos proyectos que van a aportar a las economías regionales y al crecimiento nacional”, adelantó.
Mignacco detalló la actualidad de los principales yacimientos y explicó que en Santa Cruz está la mayor cantidad de proyectos, con Don Nicolás, Cerro Moro, San José, Cerro Negro, Cerro Vanguardia, Manantial Espejo y Río Turbio. “Santa Cruz es la provincia que más exporta en el sector minero”, sintetizó. Además detalló los proyectos en cartera, entre los cuales mencionó en Chubut al proyecto Navidad destacando su importancia.
Expuso que “en 2020 se exportó por U$D 2.640 millones, con una leve caída por la pandemia, pero se prevé que durante todo 2021 se habrán superado los U$S 3.000 millones, lo cual consolida a la minería como el sexto complejo exportador del país, con un saldo comercial positivo, ya que la minería gasta entre un 80 y un 85% dentro del país”.
Además precisó que la industria emplea más de 83.000 personas y que, en particular, “en Santa Cruz, el 21,5% del empleo privado registrado viene de la actividad minera”.
También dijo que “los salarios están en el 131% por encima del promedio general, y si tomamos solo la industria metalífera están por encima del 222% de los salarios generales”. Y en un contexto de país complicado, que la minería viene “con un incremento sostenido del empleo entre 2003 y 2020 del 5,6% anualizado”.
Repasó que el aporte tributario durante 2020 a las arcas nacionales, provinciales y municipales fue de más de 61.000 millones de pesos.
Rol central
En relación con las oportunidades, comentó que “la industria minera tendrá un rol central en los procesos de disminución de emisiones de carbono a partir de sus aportes de minerales.La transición energética y la electromovilidad han puesto al litio y al cobre en una posición muy importante. La Argentina tiene una oportunidad enorme con los proyectos de litio en San Juan; en Catamarca y en Salta con los de cobre”.
Sobre el potencial, consideró que, en particular en cuanto a la plata, “si a la entrada en producción de Chinchillas (Jujuy) y Cerro Moro (Santa Cruz) se sumaran en el mediano plazo Navidad (en la Meseta del Chubut, de clase mundial) y El Quevar (Salta), el país podría alcanzar una producción mayor a las 1.400 toneladas anuales”, y que “Navidad en particular generaría 2.500 empleos directos en producción”.
En este contexto agregó que en una proyección a 2030, tomando cobre de San Juan, proyectos de litio y Navidad en Chubut, el país podría sumar 4.000 millones de dólares anuales de exportaciones netas, más del doble que el actual. “Esto generaría divisas que tanto necesita el país para fortalecer nuestra moneda y nuestras reservas”, dijo.
“Para esto deben darse tres factores: reglas claras, un esquema impositivo competitivo y acceso al mercado cambiario”, comentó.
Revisar las restricciones
En cuanto a los desafíos, marcó la necesidad de que se revisen las restricciones en las provincias de Chubut y Mendoza. “Las necesitamos incorporar al mapa del desarrollo minero”, aseguró. “El país está en una situación compleja, donde debemos generar estas alternativas de desarrollo para la gente”, añadió.
En este contexto sostuvo que “el aporte de la industria para trabajar en cuestiones de licencia social debe pasar por garantizar la calidad de los estándares de producción, trabajando según protocolos internacionales; propiciar instancias de diálogo respetuoso e informado; comunicar en forma permanente, clara y entendible; trabajar de forma transparente, proporcionando información completa y permanente sobre temas productivos y ambientales; y planificar junto a las comunidades enfocados en su desarrollo sostenible”.
Mencionó como metas para 2030 alcanzar los 10.000 millones de dólares en exportaciones, los 120.000 empleos directos e indirectos, y recuperar niveles que permitan inversiones por 20.000 millones de dólares en 10 años.
En cuanto a la licencia social, indicó además que la industria aborda la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Y en este sentido “las empresas trabajan en colaboración con los gobiernos, las comunidades, la sociedad civil y sus pares para ayudar a lograr esos Objetivos”.